AIRE.

Entreacto en la tormenta;
dos gatos gimen salvajes
y cae más noche por el cielo turbio.

Agosto, cansado
se va deshaciendo por Europa.

Mi casa
parece volarse con el viento
toda llena de aire, aturdida,
y yo en medio,
como si pudiese sujetarla
entre las estrellas que hoy no se ven
y el vacío.

Se acalla la ciudad
y habla el aire paseando tejados.
En mi alma también habla el aire
y me lleva a saltos
por las ramas de la noche,
deshabitada.